Cuando terminé el primer grado, mi papá me regaló un Diccionario Larousse. Por ahí inició mi fascinación con las palabras, creo yo. Y cuando terminé el segundo grado, entonces me regaló otro tipo de libro. Era una novela de Julio Verne, Los hijos del capitán Grant. Aunque no entendía algunas de las cosas que el autor narraba porque escapaban al conocimiento geográfico de una niña de siete años, comencé a leer fascinada la aventura de aquellos chicos en la Patagonia y la Pampa argentina. Y desde entonces, he recorrido un largo camino de lectura donde ha habido momentos de poesía, novelas, cuentos y, sobre todo, los llamados libros de no ficción.
Amo los libros, el olor de sus páginas. Y la lectura, como todo hábito, se cultiva. Podemos leer libros buenos o podemos malgastar el tiempo entre páginas que no aportan nada. Te confieso que no siempre han sido libros buenos libros, reconocidos o siquiera de alto calibre literario. Hubo un tiempo en que leí libros que realmente no aportaron mucho a mi mente o corazón no había entendido que nuestro tiempo debajo del sol tiene un límite y tenemos la responsabilidad de utilizarlo bien y de hacerlo para la gloria de Dios. Por eso ahora soy muy cuidadosa al escoger lo que leo.
A veces me preguntan qué cosas deben caracterizar a un escritor e invariablemente respondo que todo escritor debe ser, primero, un buen lector. La lectura no solo nos brinda conocimiento y ayuda a desarrollar nuestra imaginación sino que contribuye en gran manera a nuestra ortografía y al desarrollo y manejo del lenguaje. Leemos de la pluma de otros, entre otras cosas, no para imitar su estilo sino para aprender a dar forma al nuestro.
Todo esto me animó a publicar esta lista. Mi deseo es que este artículo te presente algunos libros que tal vez no conoces, te anime a cultivar uno de los mejores hábitos al que podemos dedicar nuestro tiempo y, si ya lo cultivas, a elaborar tu propia lista y compartirla con otros. Debo añadir que en estos últimos dos años como estudiante de seminario, se me ha hecho un tanto difícil leer lo que quiero, la simple lectura por placer. Las clases requieren lecturas obligatorias y, a menudo, los libros son densos ¡y extensos! No obstante, las clases también me han dado la oportunidad de conocer libros maravillosos que no son necesariamente académicos y que considero que todo creyente debiera leer. Algunos los incluiré aquí.
La lista no sigue un orden determinado.
Disciplinas espirituales, Donald Whitney. Este libro, aunque un poco largo, es lectura obligada, de verdad. Si el término disciplinas espirituales no te resulta familiar, son sencillamente aquellas prácticas que nos hacen más como Cristo, que contribuyen a nuestra santificación y que han sido parte de la vida de la Iglesia durante siglos. Algunas de estas disciplinas son la oración, la lectura de la Biblia, la meditación bíblica y el ayuno. El autor, a quien tuve el privilegio de tener como profesor, escribe con mucha claridad y sencillez. El libro es profundo pero fácil de leer.
¡Alégrense las naciones!, John Piper. Es difícil resumir cómo me impactaron estas páginas pero puedo decirte que esta lectura no solo me ayudó a tener una idea más sólida y bíblica de nuestra responsabilidad misionera sino el hecho de que la meta final de la iglesia es que las naciones lleguen a disfrutar de la gloria de Dios. Piper nos confronta al decir que nos hemos acomodado y olvidado que estamos en una guerra y por eso no tenemos sentido de urgencia. Olvidamos que tenemos un enemigo que no quiere que nadie se salve, que quiere ocultar toda la verdad. El libro nos desafía una y otra vez a vivir con sentido de misión porque Dios quiere alcanzar a gente de toda tribu, lengua y nación.
George Müller, Roger Steer. Leí sobre él por primera vez siendo una adolescente y me impactó profundamente. Ahora tuve la oportunidad de leer esta biografía, una de las más detalladas y completas de un gran héroe de la fe del siglo diecinueve. El libro de Steer es una ventana a la vida de Müller y eso es crucial porque, aunque pudiéramos catalogarlo como un gigante de la oración, fue un hombre como cualquier otro, con sus propias luchas y debilidades, consciente de que era un pecador indigno. Si nunca has escuchado su historia, ¡anímate a leerla! Estoy segura de que será de bendición y marcará tu vida.
Oye, hijo mío: Una guía práctica para criar a tus hijos en el Señor, Juan y Jeanine Sánchez. Este es un libro que quiero recomendar a todos los padres. Lo único que lamento es haberlo leído ahora que mis hijos ya no son pequeños. ¡Tanto que aprender y tan buen enfoque bíblico en las palabras de los autores! El libro comienza por sentar las bases bíblicas y teológicas de la crianza para los creyentes, nuestras responsabilidades como padres sobre esas bases. Luego, los autores ofrecen verdades y consejos a la luz de la Escritura para cada etapa de la crianza teniendo el Evangelio como centro de todo. Créeme cuando te digo que es un libro al que podemos regresar una y otra vez.
Los próximos dos libros no están traducidos al español, pero si lees inglés, ¡no pierdas la oportunidad!
Aging with Grace, Susan Hunt y Sharon W. Betters. Vivimos en una cultura que idolatra la juventud y desprecia todo lo que tiene que ver con años y vejez. Sin embargo, las autoras nos presentan un mensaje afirmado en las Escrituras y que nos recuerda que podemos florecer en cualquier etapa o circunstancia de la vida. El libro incluye los testimonios de mujeres diferentes y cómo han experimentado el gozo al arraigarse en las verdades del Evangelio.
When Strivings Cease, Ruth Chou Simons. Todo lo que Ruth crea, ya sean libros o arte, es hermoso. Este libro no es la excepción. En él conocerás mucho de su historia personal pero, sobre todo, aprenderás sobre la libertad que tenemos en Cristo para dejar de buscar impresionar a otros, ser "nuestra mejor versión" y creer que la autoayuda es la respuesta. Este es un libro que exalta la gracia de Dios y nos recuerda que en Cristo ya tenemos y somos todo lo que necesitamos.
Hubo otros, pero no puedo hacer esta lista demasiado extensa, ¡porque quiero animarte y no abrumarte con tanto contenido! Así que hasta aquí llego. En 2023 tengo el propósito de leer también algo de ficción porque es provechoso y necesario, como dijera C. S. Lewis, "leer es la alegría de ver mundos nuevos a través de los ojos de otros". Comencé ya con la novela Orgullo y prejuicio, de Jane Austen. Te contaré al final del año cómo me fue. Mientras, déjame saber que estás leyendo. Puedes etiquetarme en Instagram o enviarme un mensaje por el blog. Aunque no siempre puedo contestarlos todos, ¡sí los leo y los agradezco!
En Su gracia y para Su gloria,
Wendy
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